
Las guerrillas colombianas posteriores a las FARC son narcos "despolitizados", dice su último comandante

Las guerrillas modernas de Colombia no son más que narcos "despolitizados" y el actual gobierno de izquierda les dio "oxigenación", dijo Rodrigo Londoño, el último comandante de las FARC, en entrevista con la AFP.
Más conocido como Timochenko, fue recientemente condenado a ocho años de trabajos sociales por miles de secuestros cometidos en el conflicto armado antes de firmar un histórico acuerdo de paz en 2016. El pacto no cesó la violencia y el actual mandatario Gustavo Petro intenta apagarla con negociaciones.
Custodiado por un fuerte esquema de seguridad y junto a su equipo de trabajo, la mayoría excombatientes a los que llama "camaradas", fuma un cigarrillo según él para calmar los nervios que aún le provocan las entrevistas.
"Desafortunadamente (este gobierno) no elaboró una estrategia clara en función de cómo neutralizar a estos grupos (ilegales). Más bien se les dio espacio y oxigenación política", declaró el ahora político de 66 años en un bar de cerveza artesanal fabricada por excombatientes y espacio en Bogotá dedicado a las víctimas.
El acuerdo de paz mitigó por un tiempo la violencia, pero una década después Colombia vive una explosión de grupos armados que recrudecen la guerra con atentados bomba, drones explosivos y el magnicidio de un precandidato presidencial.
A un año de terminar su mandato, la mayoría de los frentes de negociación abiertos por Petro están en punto muerto.
Las disidencias de las FARC que se apartaron del pacto de paz están "muy despolitizadas", "han evolucionado a bandas, con narcotráfico a nivel internacional", explica Londoño.
Cercano a Petro, el ahora presidente del partido Comunes fue víctima de un atentado en 2020, orquestado por su otrora amigo y ahora líder disidente Iván Márquez.
Cuenta que intentaron matarlo infiltrándose en su esquema de seguridad y el temor a un asesinato persiste.
"Es muy preocupante por los discursos de odio que hay en algunos sectores estigmatizantes", aseguró y denunció inconformidad con la elección de algunos guardaespaldas estatales.
Guerrillero desde los 17 años, fue el último jefe de 13.000 hombres y mujeres integrantes de una organización guerrillera que buscó sin éxito el poder y dejó cientos de miles de víctimas, la mayoría civiles.
- Mordisco, "guerrillero del común" -
Timochenko desestima el liderazgo de su antiguo camarada y hoy disidente Iván Mordisco, el criminal más buscado del país y comparado por Petro con el barón de la cocaína Pablo Escobar.
"Mordisco era un guerrillero común. No era un gran comandante o un hombre de mucha capacidad política", aseguró sobre el guerrillero que rechazó el acuerdo y en agosto ordenó explotar un camión bomba que dejó seis muertos en Cali.
Timochenko llegó a tener más de cien órdenes de captura por delitos de secuestro, extorsión y terrorismo de los que se dice arrepentido. Sobrevivió a bombardeos, emboscadas en la selva y la muerte de todos sus comandantes en la guerrilla.
Negociador del acuerdo de paz con el entonces presidente Juan Manuel Santos, asegura que se han cometido errores en los diálogos con la guerrilla guevarista Ejército de Liberación Nacional (ELN).
El Nobel de Paz "Santos les dio un tratamiento de segunda" y "eso en una negociación es bien complejo", explicó sobre los rebeldes que han intentado sin éxito la paz con seis gobiernos.
De cara a las elecciones presidenciales de 2026, Londoño se mantiene optimista respecto a una victoria de la izquierda aunque se abstiene de participar en la contienda.
"Colombia ya es otra Colombia. No puede, no va volver a eso", dijo sobre la posibilidad de un triunfo de la derecha.
- "Asustado" -
La semana pasada el tribunal de paz (JEP) dictó las primeras condenas contra los siete miembros de la antigua cúpula de las FARC.
Ingrid Betancourt, secuestrada por más de seis años, dijo a la AFP que planea apelar la sentencia en instancias internacionales por considerarla una burla.
"Son heridas muy profundas (...) el daño que se hizo es irreparable, pero trabajemos en función de que no se vuelva a repetir", dijo Timochenko.
La JEP tardó siete años en emitir su fallo y él tiene pendientes otros casos por delitos como reclutamiento de menores.
Conoció el estrés cuando salió de la selva y cree que nunca se terminará de adaptar a Bogotá.
En otra vida le habría gustado ser profesor y siente los "achaques y los años", pero no planea retirarse de la política.
Acaba de terminar el libro "Rusia, mi padre y yo" de Svetlana Stalin, hija del dirigente soviético y en lo que le resta de vida le gustaría tener más tiempo para leer y seguir compartiendo con su hijo de seis años.
M.Kowalski--GL