
España resiste las presiones de la OTAN para escalar su gasto en defensa

Desoyendo las presiones de la OTAN, España se resiste a aumentar su gasto en defensa al 5% de su PIB, como exige Washington, a riesgo de molestar a sus socios de la Alianza, que tienen una cita clave el 24 y 25 de junio.
El 2% del PIB para defensa, sí, el 5%, no. Ese fue el mensaje que el Gobierno de izquierda español transmitió a sus aliados durante una reunión de ministros de Defensa de la OTAN a principios de junio en Bruselas.
"Muchos países quieren el 5%, lo respetamos y entendemos", pero España "va a cumplir con esos objetivos" establecidos del 2%, aseguró la ministra española de Defensa, Margarita Robles.
Un desafío al presidente estadounidense, Donald Trump, quien exige que todos los países de la Alianza escalen su contribución bajo amenaza de no garantizar más su seguridad.
La incertidumbre persiste sobre la definición de ese 5%.
El secretario general de la OTAN, Mark Rutte, habló de un nivel de gasto militar stricto sensu del 3,5% del PIB para 2032, con un 1,5% adicional dedicado a gastos relacionados con la seguridad en sentido amplio, como la protección fronteriza o la ciberseguridad.
Pero para Robles el debate debe centrarse en las "capacidades" militares más que en definir un "porcentaje".
De todas maneras, "España no va a vetar nada" en la OTAN, garantizó Robles, expresando su deseo de que se alcance "un acuerdo".
- "Fragmentación política" -
En las últimas semanas, varios países han dado luz verde al 5%, como Alemania y Polonia, ya cerca de este objetivo.
Durante la cumbre de la semana próxima en La Haya, sobre el fortalecimiento de la OTAN frente a la amenaza rusa, España podría quedar en solitario.
Para Félix Arteaga, especialista en defensa del Instituto Real Elcano de Madrid, la posición del gobierno español se explica por "razones de política interior".
El presidente del Gobierno, el socialista Pedro Sánchez, es cauto ya que su socio, el partido de extrema izquierda Sumar, es muy hostil al aumento del gasto militar, y la frágil coalición, ya tensada por escándalos de corrupción en el Partido Socialista, podría saltar por los aires si el dirigente se alinea con las exigencias de la OTAN.
Buscando un punto medio, Sánchez anunció a finales de marzo 10.470 millones de euros en inversiones adicionales en defensa, para alcanzar este año el objetivo del 2%, pero sin que el plan, criticado por sus socios, fuera votado en el Congreso.
"La alta fragmentación política dificulta que se alcancen acuerdos similares a los de otros países", explica Santiago Calvo, profesor de Economía en la Universidad de las Hespérides, quien apunta a las fuertes divergencias sobre cómo gastar los recursos en un país que sufre, entre otras, una crisis de vivienda.
- La importancia de "los detalles" -
Para Calvo, España tiene una "delicada situación de sus cuentas públicas", ya que su deuda se eleva al 103,5% del PIB, uno de los niveles más altos de la Unión Europea.
Este porcentaje ha retrocedido notablemente en los últimos años y hay "margen económico suficiente" en los presupuestos, opina Arteaga, para quien los obstáculos son más bien "culturales".
Desde la invasión de Rusia hace tres años, España proclama su apoyo a Ucrania, pero su ayuda militar ha sido limitada, con la amenaza rusa percibida como lejana desde la península ibérica.
"Esa distancia nos resta preocupación y urgencia", a juicio de Arteaga.
"El Gobierno tiene que explicar a los ciudadanos españoles la necesidad de ser solidario con los países del Este y del Norte", agrega.
¿Puede permitirse España, que al cierre de 2024 tenía la tasa de gasto militar más baja de la OTAN, mantener su posición en un momento tan delicado?
En La Haya, "todo se decidirá en los detalles", señala Arteaga.
Si el 5% incluye efectivamente "los gastos de seguridad" en un sentido amplio, como lo propuso Mark Rutte, y si el plazo para alcanzarlo "es generoso", será más fácil encontrar un "punto de equilibrio", apunta el experto.
O.Kubiak--GL