Gazeta Lodz - La justicia italiana condena a la cárcel a los dirigentes de una empresa por verter "químicos eternos" en el agua

Las penas más elevadas, 17 años para cada uno, fueron para dos dirigentes de la empresa Miteni, situada en la ciudad de Trissino, cerca de Vicenza, en el nordeste, que producía PFAS desde 1968.

Según la fiscalía, la planta vertía aguas residuales cargadas de sustancias químicas a un arroyo, contaminando durante más de 40 años una de las mayores cuencas de aguas subterráneas de Europa, que abarca una amplia zona entre Vicenza, Verona y Padua.

Los PFAS (sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas) se utilizan desde finales de los años 1940 para hacer antiadherentes e impermeables las superficies de todo tipo de objetos, desde sartenes y paraguas hasta alfombras e hilo dental.

Varias empresas explotaron sucesivamente la planta de Trissino, que cerró en 2018 tras declararse en quiebra.

En total, 15 ejecutivos de Mitsubishi, International Chemical Investors (ICIG) y Miteni fueron acusados de contaminar casi 200 km² de agua potable y el suelo de los alrededores.

El tribunal fue más allá de las peticiones de la fiscalía y condenó a 11 personas a un total de más de 141 años de cárcel, con penas que oscilaban entre los dos años y ocho meses y los 17 años. Absolvió a cuatro.

Más de 300 demandantes se presentaron como parte civil, entre ellos Greenpeace y un grupo de madres que habían descubierto restos de sustancias químicas en la sangre de sus hijos.

Chiara Campione, representante de Greenpeace Italia, se congratuló por esta "sentencia histórica" que "reafirma el principio de quien contamina paga".

Los llamados "químicos eternos", ya que son prácticamente indestructibles, se acumulan en el aire, el suelo y el agua, según los estudios, y pueden tener efectos nocivos en la fertilidad y favorecer el cáncer en caso de exposición prolongada.

S.Gorski--GL