
El presidente sirio, fragilizado por la retirada de Sueida y la presión israelí

Bajo bombardeos israelíes y presión diplomática, el presidente interino de Siria, Ahmed al Sharaa, ordenó retirar sus tropas del corazón druso del país, una decisión que expuso la fragilidad de su liderazgo justo cuando intentaba reafirmar su poder.
Desde su asunción en diciembre tras derrocar a Bashar al Asad, Sharaa se ha esforzado por dejar atrás su pasado yihadista y reestablecer la autoridad en el país, dividido luego de más de 14 años de guerra civil.
Incluso se había ganado la confianza de su par estadounidense, Donald Trump, quien llegó a calificarlo de "luchador".
Sin embargo, en las primeras horas del jueves, se vio obligado a anunciar la retirada de las fuerzas gubernamentales de la sureña Sueida para evitar una "guerra abierta" con Israel y un mayor descontrol en la zona, donde continúan los combates entre la minoría drusa y milicianos sunitas.
¿Qué llevó al dirigente sirio a tomar esta decisión? ¿Acaso las violencias sectarias están minando su liderazgo?
- "Desequilibro de poder" -
En su discurso del jueves, Sharaa elogió la "intervención eficaz de la mediación estadounidense, árabe y turca, que salvó a la región de un destino incierto".
Estas declaraciones tuvieron lugar horas después de que Israel bombardeara objetivos gubernamentales en Damasco y amenazara con intensificar sus ataques si no abandonaban la región sureña.
También Estados Unidos presionó al mandatario, con quien Trump se reunió en mayo, para evitar una escalada con su aliado hebreo.
Para Gamal Mansur, analista político especializado en Siria e Israel en la Universidad de Toronto, "la retirada fue impuesta a las autoridades debido al desequilibrio de poder causado por la presencia de Israel".
Siria "se vio obligada a retirarse porque su posición en Sueida no era tan fuerte y era incapaz de mantener [su control en] el terreno sin pagar un alto precio que habría causado una segunda intervención israelí", afirmó.
El propio Sharaa admitió el jueves que sus opciones para evitar una "guerra abierta" con Israel eran limitadas.
En tanto, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, sostuvo que el alto el fuego en Siria "se obtuvo por la fuerza", tras los ataques al cuartel general del ejército y los alrededores del palacio presidencial sirio, y "no por exigencias, ni por súplicas".
Un alto diplomático occidental dijo a AFP que Sharaa "es muy consciente de la situación en la que se encuentra y es realista".
"Sabe que Siria está en desventaja y que lo mejor es llegar a un acuerdo con los israelíes", argumentó.
El director del International Crisis Group para Irak, Siria y Líbano, Heiko Wimmen, afirmó que la retirada de Sharaa demuestra que está "dando un paso más hacia la aceptación de que Israel básicamente tiene influencia a las puertas de Damasco".
El líder sirio ha afirmado en repetidas ocasiones que su país no busca conflictos con sus vecinos.
De hecho, Damasco reconoció que mantiene conversaciones indirectas para reducir las tensiones con Israel, que ocupa una parte de los Altos del Golán sirios desde 1967 y desplegó tropas en los últimos meses en el sur de Siria.
Mansur cree que los sucesos de Sueida "pondrán a Israel en una mejor posición de cara a las negociaciones".
En la misma línea, el diplomático occidental manifestó que Israel podía alcanzar un acuerdo de seguridad favorable con Siria, aunque descartó la normalización de relaciones entre ambos países.
- Presión interna -
Desde la caída de Al Assad, Sharaa y su gobierno han insistido en obtener un control unificado del país por parte del Estado.
Sin embargo, este esfuerzo se ha visto socavado por la retirada de Sueida y los grandes enfrentamientos sectarios, como la masacre de alauitas de marzo, que dejó más de 1.700 muertos.
Estos incidentes pusieron en entredicho la capacidad de Sharaa para controlar a las facciones armadas que le son leales, entre ellas grupos extremistas y yihadistas extranjeros, luego de que fuesen integradas en enero a las fuerzas gubernamentales.
"El desafío para Sharaa es poder consolidar su autoridad [sobre estas facciones] y controlar el aparato de seguridad [del Estado]", opinó Mansur.
También se suman las exigencias de autonomía de los kurdos del noreste del país, quienes insisten en tener una administración descentralizada de su territorio pese a los reiterados rechazos de Damasco.
Los acontencimientos de Sueida podrían fortalacer la postura kurda, consideró Wimmen, para quien el poder sirio dio "numerosas razones a los kurdos para desconfiar de cualquier forma de integración".
H.Zajac--GL